Los beneficios de la vitamina D adquieren mayor importancia cuanto más envejecemos. Esta vitamina, en realidad, se trata de una hormona clave en nuestro equilibrio inmunológico y nuestra densidad ósea. Sin embargo, la deficiencia de vitamina D en adultos mayores es muy elevada. A continuación, profundizaremos en su importancia y en cómo podemos prevenir su insuficiencia.

LA DEFICIENCIA DE VITAMINA D EN LOS ADULTOS MAYORES Y SUS PELIGROS

Ahora que está llegando el buen tiempo y los días de sol, es importante que nuestros mayores aprovechen y salgan tomar el sol. ¿Por qué? Porque es muy importante mantener la dosis diaria recomendada de vitamina D, especialmente en este sector de la población. Pues diversos ensayos clínicos revelan que la deficiencia de vitamina D en adultos mayores es uno de sus mayores problemas de salud.

Sin duda, la vitamina D —en realidad, es una hormona— está muy asociada al tipo de envejecimiento que tengamos. A menor cantidad de vitamina, mayores riesgos para la salud. Y, en este sentido, la edad es un factor de riesgo muy relevante en lo que respecta al déficit de la hormona D. Si bien, también influyen ciertos factores ambientales, como el estilo de vida o el envejecer de forma activa o pasiva.

¿Pero por qué es tan importante la hormona D en nuestra salud? Porque supone un caudal de antioxidantes y efectos antiinflamatorios. Es decir, unos niveles de vitamina D —como se la llama popularmente—garantizan un sistema inmune equilibrado.

Además, recientes estudios arrojan que el deterioro cognitivo puede deberse, entre otras cosas, a una baja concentración de 25-OH-vitamina D3. Asimismo, es fundamental para disponer de una densidad ósea y muscular óptima. Lo cual es muy necesario a partir de los 70 años, edad a partir de la cual la debilidad muscular disminuye.

Así pues, las personas con escasa concentración de vitamina D son propensas a padecer osteoporosisenfermedad metabólica ósea,  afecciones autoinmunes serias y mayor sensación de dolor. Enfermedades que afectan a un gran porcentaje de las personas mayores.

De ahí que el déficit de vitamina D en adultos mayores sea una epidemia que debemos controlar y subsanar.

deficiencia de vitamina D

EL INFORME LA HORMONA D EN 2021 SOBRE LA DEFICIENCIA DE LA VITAMINA D EN MAYORES

Hablamos de epidemia, porque así denominan a este fenómenos de escasez de vitamina D en la población general, pero fundamentalmente en la población mayor, los profesionales. De hecho, varias investigaciones médicas llevan años advirtiendo que las personas mayores europeas reflejan concentraciones de 25-OH-vitamina D3 inferiores a 12 ng/ml (nanogramos por milititros). Cuando el nivel recomendado es de 30 ng/ml.

Afirmación que también refuerza el reciente informe La hormona D en 2021. Retos y estrategias ante el déficit generalizado en la población, elaborado por la Fundación Fundamed.

Como mencionamos anteriormente, la popularmente llamada vitamina D es una hormona —denominada 25-OH-D3 (calcifediol)— que se sintetiza a través de los rayos UVB recibidos y de la dieta consumida.

En el caso de la población española, las personas tienden a tener una escasa exposición solar y una dieta deficitaria en alimentos ricos en vitamina D3. De ahí que nuestra población presente niveles séricos de esta hormona muy bajos. Ocupando los primeros puestos entre las naciones europeas con más déficit de hormona D.

¿Cuáles son los principales motivos para alcanzar este porcentaje de bajos niveles de vitamina D en las personas mayores? En primer lugar, el sedentarismo y el estar mucho tiempo encerrados en casa, sin aprovechar la luz del sol.

En segundo lugar, podría hablarse de una dieta escasa en consumo de alimentos ricos en vitamina D, como los pescados grasos. A este respecto, los individuos con problemas de sobrepeso muestran mayor tendencia a una insuficiencia de esta vitamina.

Por otra parte, su deficiencia puede estar relacionada con la toma de medicamentos. Puesto que algunos pueden alterar el metabolismo de esta hormona.

¿CUÁLES SON LAS DOSIS ÓPTIMAS DE VITAMINA D?

Cabe aclarar que en realidad, no existe un acuerdo internacional sobre cuáles son los niveles óptimos de 25-OH-D3 (calcifediol) o vitamina D. Si bien, la mayor parte de las instituciones y profesionales sanitarios  recomiendan una dosis diaria de 600 UI (Unidades Internacionales de vitamina D) o sobre 30 ng /ml.

De hecho, en el citado informe La hormona D en 2021 se asevera que: «Por debajo de 30 ng/ml se debe suplementar, según el valor detectado y la situación clínica y funcional del paciente». Es decir, menos de 30 ng/ml se consideraría una cantidad insuficiente de 25-OH-D3 en sangre.

Con todo, cada paciente es un mundo, así que el profesional de cabecera que tenga o cualquier especialista sanitario será quién indique la dosis que precisa. Por ejemplo, en pacientes con osteoporosis o enfermedades óseas, puede prescribirse ingerir dosis superiores a 800 UI o sobre 40 ng/ml. También se recomiendan dosis similares para personas de más de 71 años.

Es importante realizar análisis de sangre con regularidad y que sea un profesional médico quién indique la pauta a seguir o la necesidad de suplementos de vitamina D.

En ningún caso es aconsejable autoabastecerse de suplementos vitamínicos, y menos en personas de edad avanzada. Ya que, como toda sobremedicación, puede generar efectos adversos para la salud.

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CONSEJOS PRÁCTICOS PARA EVITAR LA DEFICIENCIA DE VITAMINA D EN ADULTOS MAYORES

A continuación os compartimos algunos consejos fáciles de aplicar en la vida diaria para reducir riesgos asociados al déficit de vitamina D en adultos mayores. Si bien, estas recomendaciones son útiles para toda la población. Como siempre recordamos, ¡la prevención es la mejor medicina!

  • Realizar una exposición solar de al menos 15 minutos diarios. Ya que la hormona D se absorbe fundamentalmente a través de la piel. La principal fuente de vitamina D es el sol: el 80 % de su activación depende de los rayos UVB. Aunque, los adultos mayores no sintetizan tanta cantidad de la vitamina D como las personas más jóvenes.
  • Mantener una dieta equilibrada, que incluya suficiente vitamina D,  pues de los alimentos se obtiene el 20 % de ella. Alimentos ricos en esta vitamina son los pescados azules y grasos, el hígado de ternera o conejo, el marisco; también los huevos, los quesos grasos y los aguacates o las setas.
  • Hacer actividades al aire libre. Sean paseos, ejercicio o recados. Lo importante es tomar un poco de sol y evitar un estilo de vida sedentario.
  • Tomar suplementos de vitamina D cuando se diagnostiquen niveles por debajo de 30 ng/ml. Especialmente eficaz es el aceite de hígado de bacalao, que puede tomarse líquido o en cápsulas.
  • Para las personas mayores es importantísimo realizar análisis de sangre con regularidad. Y es que cuanto más años cumplen existe una mayor tendencia a no producir vitamina D en cantidades suficientes. Al igual que sus riñones presentan mayor  dificultades para convertirla en su forma activa. Por tanto, como hemos visto, el riesgo de padecer déficit de vitamina D es mucho más elevado que en otras edades.

Siguiendo estos simples consejos se puede evitar en gran medida la insuficiencia de vitamina D.

CUIDANDO LA SALUD DE NUESTROS ADULTOS MAYORES EN LOS CENTROS RESIDENCIALES COLISEÉ

En las Residencias Colisée cuidamos con mimo y esmero de la salud de nuestros residentes mayores. En este sentido, estamos muy concienciados de la necesidad  de que nuestros mayores mantengan los niveles precisos de vitamina D.

Además, todos nuestros centros residenciales disponen de amplios espacios exteriores donde pasear al aire libre y tomar el sol. También disponemos de servicios de restauración de gran calidad donde cocinamos diariamente comidas saludables y multivitamínicas, personalizadas a cada residente.

Finalmente, seguimos a pies juntillas la recomendación de los profesionales sanitarios que elaboraron el informe La hormona D en 2021. «La solución a esta epidemia ‘silenciosa’ es la medición periódica de los niveles de la hormona D en sangre y la prescripción de suplementación en caso de deficiencia o insuficiencia.» Nuestros profesionales de atención sanitaria y dietistas son los encargados de velar por el buen estado de salud de nuestros residentes. Lo que incluye, ciertamente, el supervisar la concentración de vitamina D en todos ellos.

Y es que queda clara la importancia de vigilar los niveles de vitamina D, a fin de gozar de un sistema inmune fuerte y sano. Además de, con ello, evitar sufrir todo tipo de infecciones virales —o infecciones más comunes—, debilidad muscular y problemas óseos.

En suma, reducir los casos de déficit de vitamina D en adultos mayores resulta una premisa para salvaguardar su bienestar y calidad de vida. Pero también es primordial que esta premisa la asuma toda la población en su conjunto; pues de ello depende parte de la calidad de su envejecimiento.

REFERENCIAS CONSULTADAS

Fundamed (2021). Informe grupo de trabajo. La hormona D en 2021. Retos y estrategias ante el déficit generalizado en la población. Recuperado de https://bit.ly/3bwIrmx

Inostroza Flores, G., Francino Barrera, G. & Jiménez Torres, S. (2019). ¿Cómo influye la vitamina D en la composición corporal, sarcopenia y sobrevida en las personas mayores? Un estudio retrospectivo de nueve años. Recuperado de https://bit.ly/3v3KmZ3

Marañón, E. & al. (2011). Vitamina D y fracturas en el anciano. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 46(3). Recuperado de https://bit.ly/3q1I8IU

Mateo-Pascual & al. (2014). Déficit de vitamina D en una cohorte de mayores de 65 años: prevalencia y asociación con factores sociodemográficos y de salud. Recuperado de https://bit.ly/3GTBCK0