Las caídas, así como la inestabilidad y la fragilidad, supone uno de los síndromes geriátricos más conocidos… y preocupantes. Ya que pueden ser el origen de una incapacidad o dependencia futura. Por eso es tan importante saber cómo prevenir caídas en el adulto mayor. Aquí os dejamos algunas recomendaciones.

EL SÍNDROME DE LAS CAÍDAS EN EL ADULTO MAYOR: UNO DE LOS SÍNDROMES GERIÁTRICOS POR EXCELENCIA

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las caídas accidentales suponen la segunda causa de muerte en personas mayores de 65 años. Y su incidencia en la salud —física, psicológica y social— del anciano es tan notable que, como cuidadores o gerocultores, debemos contemplar cómo prevenir caídas en el adulto mayor

Por tanto, sí, tropiezos, pérdida de equilibrio y caídas son fuentes de muchos problemas de salud para nuestros mayores. Motivo por el cual es necesario ayudarles a evitarlas. De hecho, por su elevada prevalencia en este colectivo y los efectos secundarios que provoca, están consideradas como uno de los mayores síndromes geriátricos. 

Y es que, tras sufrir una caída, la persona puede padecer una fractura de larga recuperación; dejar de salir de su domicilio, lo que incentiva su sedentarismo; y, lo que es más importante, llegar a desarrollar problemas de incapacidad, dependencia y enfermedades mórbidas colaterales.

La raíz de las caídas son numerosas: desde problemas de debilidad muscular o falta de densidad ósea; hasta pérdida de equilibrio y riesgos ambientales. Las caídas suponen un síndrome geriátrico en sí mismo, dadas las consecuencias que se derivan de este suceso.

A este respecto, se confirma que un tercio de la población mayor de 65 años presenta alguna caída de gravedad. Es decir, con consecuencias físicas, funcionales y psicológicas negativas. Asimismo, la mitad de las personas de edad avanzada que han tenido una caída previa, corren el riesgo de sufrir otra en el lapso de un año. Se trata de las denominadas caídas recurrentes. 

A fin de intentar prevenir o minimizar el riesgo de caídas, es conveniente que los mayores realicen ciertos programas de ejercicios que les permitan reforzar su movilidad y estabilidad corporal. A continuación, os hablamos de ellos y sobre cómo prevenir caídas en el adulto mayor que vive con nosotros.

Cómo prevenir caídas en ancianos

CUÁLES SON LOS FACTORES DE RIESGO DE LAS CAÍDAS EN ANCIANOS

Cabe aclarar que, aunque las caídas son muy frecuentes en los adultos mayores de 65 años; no están vinculadas al proceso de envejecimiento per sé. A decir verdad, estos accidentes ocurren como resultado de múltiples factores de riesgo que coadyuvan para propiciar una caída. Entre los que destacan,los problemas de incapacidad o salud previos o elementos de riesgo en el hogar.

En efecto, las personas que presentan discapacidad física suelen presentar mayores problemas de movilidad o pérdida del equilibrio. Pero también las caídas pueden deberse a riesgos en el entorno —sea la vivienda habitual o fuera de ella— o a hábitos y conductas inadecuadas —actuar de forma impulsiva, estar despistados, etc.

Otra problemática muy asociada al envejecimiento es la disminución de las capacidades sensoriales. Especialmente la visión y la audición. Su deficiencia está detrás de muchas caídas y pérdidas del equilibrio que ocasionan esguinces y torceduras. Las distracciones y el cansancio motivado por la falta de buen descanso puede ser otro factor de riesgo. Y es que el insomnio y los trastornos de sueño son muy habituales en la tercera edad.

Lo mismo puede decirse del consumo de ciertos fármacos, que provocan problemas de presión arterial o dificultan la capacidad de atención. Como sucede con muchos psicosedantes.

Finalmente, la incidencia de caídas es muy elevada en aquellas personas que padecen  deterioro cognitivo o enfermedades neurodegenerativas. Así, ante problemas de demencia, enfermedad de Alzheimer o enfermedad de Parkinson, las caídas son inevitables.

Es fundamental conocer estos factores de riesgo, a fin de contrarrestarlos con acciones que promuevan la prevención de caídas. Pues, más allá de las molestias físicas que ocasionan, su gran peligro es que puede degenerar en una fractura grave o una incapacidad.

EFECTO SECUNDARIO DE LAS CAÍDAS EN MAYORES: EL IMPACTO PSICOLÓGICOS

Sin duda, el impacto de las caídas en el adulto mayor no solo se mide por sus consecuencias clínicas; sino por el efecto postraumático que deja en la persona.

En efecto, tras sufrir un caída de impacto moderado o fractura, el adulto mayor debería iniciar un programa de rehabilitación funcional. Puesto que así no le quedan tantas secuelas de la caída y el mayor puede retomar las actividades de la vida diaria con cierta agilidad.

Pero también es primordial observar su estado psicológico posterior al accidente. Pues muchos mayores padecen secuelas psicológicas, principalmente relativas al miedo y ansiedad, después de este episodio. ¿Las consecuencias de ello? Básicamente son:

  • Pérdida de autoconfianza y seguridad personal. 
  • Miedo o recelo a salir de casa y caerse en la calle. Lo que disminuye notablemente su vida social y aumenta el riesgo de sedentarismo.
  • Reducción de la autonomía personal y dificultad para realizar las tareas habituales. Lo que afecta a su autoestima y puede degenerar en un episodio depresivo.

Es por ello que en las residencias de ancianos ofrecemos servicios de rehabilitación multidisciplinar. Es decir, intervenciones terapéuticas basadas tanto en la rehabilitación funcional como en el apoyo psicológico y emocional De esta forma, trabajamos para devolver la confianza y sensación de seguridad personal en el adulto mayor accidentado.

Un ejemplo de esta intervención profesional postcaídas consiste en acompañar a los mayores en sus paseos. Otro ejemplo sería el estar a su lado en las sesiones de recuperación funcional o fisioterapia, si así lo demandan.

Cómo prevenir caídas en el adulto mayor

CÓMO PREVENIR CAÍDAS EN EL ADULTO MAYOR

Para aquellas personas mayores que residan en sus domicilios y no cuentan con una supervisión o acompañamiento constante; compartimos algunos consejos para la prevención de caídas. La gran parte son fáciles y sencillos de seguir. Quizás su mayor reto estribe en que puede implicar un cambio de hábitos. ¡Pero el esfuerzo y las medidas tomadas merecerá la pena!

  • Usar zapatos cómodos que sujeten el pie correctamente y con suela de caucho o goma antirresbaladiza.
  • Evitar el sedentarismo y practicar actividad física moderada. Ejercicios de estiramiento o caminar son buenas opciones.
  • Eliminar el consumo de sustancias depresoras: bebidas alcohólicas o fármacos psicosedantes, por ejemplo. Pues reducen las capacidades cognitivas como la atención.
  • Mantener una dieta sana y beber suficiente líquido para estar hidratados.
  • Acudir a revisiones médicas para controlar los niveles de tensión arterial, saturación de oxígeno o la frecuencia cardíaca.
  • Retirar todo mobiliario o elemento decorativo que pueda causar tropiezos. Especialmente, alfombras sueltas.
  • Mantener los espacios despejados y bien iluminados
  • Evitar en lo posible el uso de escaleras, bañeras o desniveles pronunciados. En caso contrario, que se disponga de asidero o pasamanos al que sujetarse.
  • Utilizar material ortopédico de apoyo si es necesario, como bastones, andadores o sillas de ruedas.
  • Solicitar un servicio de teleasistencia si viven o pasan mucho tiempo solos.

En aquellos mayores víctimas de caídas, es recomendable recibir educación sanitaria y comportamental. La primera enseñará cómo debe actuar tras una caída: cómo levantarse, sentarse, vestirse o desvestirse,… Mientras que la educación comportamental es ideal para aprender formas correctas de realizar las actividades básicas de la vida diaria para no volver a caerse.

En suma, practicar ejercicio físico con regularidad, seguir una dieta sana y descansar correctamente, es de gran ayuda.  Así como examinar qué factores de riesgo existen en su entorno habitual, a fin de eliminarlos y evitar caídas.

ACCIONES ENFOCADAS A LA PREVENCIÓN DE CAÍDAS DE PERSONAS MAYORES

A pesar de todo lo expuesto, consideramos que el mejor método de prevención de caídas, es el ejercicio físico constante. En concreto, los ejercicios de movilidad. Por ejemplo, en los centros residenciales Colisée, el personal terapéutico realiza circuitos de movilidad con pequeños obstáculos. Con ellos entrenamos la atención o concentración y la capacidad de reacción de los mayores para sortear obstáculos sin perder el equilibrio. 

También son muy importantes como medidas preventivas o rehabilitadoras, las sesiones de terapia ocupacional y los paseos.Lo cual se complementa con el fortalecimiento de las habilidades cognitivas, el equilibrio, la fuerza muscular; así como del control de la tensión arterial y la frecuencia cardíaca.

Con todos estas prácticas conseguimos prevenir las caídas en el adulto mayor y fortalecer su resistencia muscular, equilibrio al ponerse de pie y su marcha.

Por último, insistimos en la necesidad de cuidar los espacios en los que se mueve la persona mayor. Y aplicar modificaciones oportunas, a fin de convertirlos en entornos seguros. En este sentido, un ejemplo de un entorno seguro son las residencias y centros para mayores. Ya que disponen de espacios amplios y luminosos; con suelos antideslizantes y pocos objetos que supongan un riesgo.

Con todo, en ocasiones puede resultar difícil controlar todas las causas de las caídas y accidentes físicos. Lo fundamental es acompañar a nuestros mayores lo máximo posible y ayudarles a reducir aquellos factores asociados a las caídas. 

Esperamos que con estos consejos sobre cómo prevenir caídas en el adulto mayor se puedan evitar que los ancianos sufran el temido síndrome de caídas. Esa es nuestra mayor preocupación.

REFERENCIAS CONSULTADAS

  • Bella Beorlegui, M. & al. (2017). La prevención de caídas recurrentes en el paciente anciano. Gerokomos, 28(1). Recuperado de https://bit.ly/2MVxt0x
  • Rubenstein, L. (2019). Caídas en personas mayores. Recuperado de http://msdmnls.co/3aBpJJm
  • Rodríguez, L. M. Á. (2016). Síndrome de caídas en el adulto mayor. Revista Médica de Costa Rica y Centroamérica, 72(617). Recuperado de http://bit.ly/2O0Pb3n