Los cambios bruscos de temperatura pueden afectar significativamente la salud de las personas mayores. Desde la disminución de la temperatura corporal hasta los efectos del calor extremo, es fundamental comprender por qué las personas mayores son más vulnerables a estos cambios y cuáles son las mejores estrategias para protegerlas.
En este artículo, analizamos cómo el organismo reacciona ante variaciones climáticas y qué medidas de prevención y actuación pueden implementarse para garantizar su bienestar, ya sea en una Residencia o en el hogar, siempre con el acompañamiento de los Talentos y el apoyo de la Comunidad.
Efectos del frío en los adultos mayores
Las bajas temperaturas representan un riesgo considerable para la salud de las personas mayores. Uno de los problemas más comunes es la hipotermia, asociada a la temperatura corporal baja en adultos mayores, que puede desencadenar complicaciones graves si no se trata a tiempo.
¿Por qué disminuye la temperatura corporal en los adultos mayores?
El proceso de envejecimiento conlleva modificaciones fisiológicas que pueden hacer que el organismo pierda calor con mayor rapidez. Entre ellas se encuentran:
- Menor masa muscular, lo que reduce la producción natural de calor.
- Cambios en la circulación sanguínea, dificultando la conservación de la temperatura interna.
- Disminución de la percepción del frío, lo que puede hacer que las personas mayores no se abriguen lo suficiente.

Síntomas de temperatura corporal baja en adultos mayores
Es importante estar atentos a síntomas como:
- Sensación constante de frío y escalofríos.
- Dificultad para hablar con fluidez o confusión.
- Cansancio excesivo o somnolencia.
- Piel fría y palidez.
Si no se actúa a tiempo, la hipotermia puede afectar la salud cardiovascular y respiratoria.
¿Qué hacer cuando una persona mayor tiene mucho frío?
Si buscas qué hacer cuando un adulto mayor tiene mucho frío, estas medidas pueden ayudar a combatir la hipotermia leve:
✔️ Trasladar a la persona a un espacio cálido y libre de corrientes de aire.
✔️ Sustituir cualquier prenda húmeda por ropa seca y confortable.
✔️ Ofrecer bebidas calientes sin cafeína ni alcohol para favorecer la regulación térmica.
✔️ Consultar con un profesional de la salud si los síntomas persisten.
Efectos del calor en los adultos mayores
Las altas temperaturas también pueden suponer un riesgo, especialmente durante olas de calor, ya que aumentan la posibilidad de deshidratación y pueden desencadenar golpes de calor.
¿Cómo afecta el calor extremo a los mayores?
El organismo de las personas mayores tiene una menor capacidad para adaptarse a temperaturas elevadas. Además, la sudoración puede verse reducida y algunas condiciones de salud pueden hacer que el calor impacte con mayor intensidad.
Síntomas del golpe de calor en adultos mayores
Es fundamental reconocer las señales de alerta para actuar a tiempo:
- Aumento repentino de la temperatura corporal (más de 40°C).
- Piel caliente y seca al tacto.
- Sensación de mareo, náuseas o vómitos.
- Confusión o desorientación.
- Pulso acelerado.
Ante estos síntomas, es crucial buscar atención médica de inmediato.
Medidas preventivas durante olas de calor
Para reducir el riesgo y los efectos del calor en mayores, se recomienda:
✔️ Mantenerse en espacios frescos, bien ventilados o con aire acondicionado.
✔️ Beber agua regularmente, incluso si no se tiene sensación de sed.
✔️ Usar ropa ligera y de colores claros.
✔️ Evitar la exposición directa al sol en las horas de mayor calor.
Comparativa de la temperatura corporal normal en adultos mayores
La temperatura normal del cuerpo humano adulto mayor suele variar entre 36 °C y 37 °C, pero pueden existir fluctuaciones dependiendo de la persona y de factores específicos, como la presencia de enfermedades crónicas.
Factores que influyen en la temperatura corporal en mayores
El equilibrio térmico del cuerpo puede verse afectado por diversas razones, entre ellas:
- Metabolismo más lento, lo que reduce la generación de calor en reposo.
- Condiciones médicas preexistentes, como enfermedades cardiovasculares o diabetes.
- Uso de ciertos medicamentos, que pueden alterar la capacidad del cuerpo para regular la temperatura.
Conocer estos factores permite tomar medidas preventivas y garantizar el bienestar de las personas mayores.
Medidas generales para proteger a los adultos mayores de temperaturas extremas
Para proteger la salud de las personas mayores, es fundamental implementar estrategias de prevención tanto en el hogar como en las Residencias.
Importancia de la supervisión regular
En las Residencias o en un entorno domiciliario, es fundamental que los Talentos y familiares supervisen a los Mayores, especialmente si tienen movilidad limitada o enfermedades que los hacen más propensos a desequilibrios térmicos. Monitorear signos vitales y el estado de ánimo facilita la detección rápida de cualquier problema.
Adecuación del entorno hogareño
Mantener un ambiente adecuado es esencial para prevenir episodios de hipotermia o golpe de calor:
- Utilizar sistemas de calefacción y refrigeración que mantengan temperaturas confortables.
- Asegurar una ventilación adecuada.
- Valorar la colocación de cortinas o aislamientos en ventanas para regular la temperatura interior.
Educación y concienciación
Formar tanto a las personas mayores como a los Talentos sobre los riesgos de las temperaturas extremas puede marcar la diferencia:
- Explicar los signos de alerta de hipotermia y golpe de calor.
- Reforzar la importancia de la hidratación y el abrigo adecuado.
- Crear rutinas de verificación de la temperatura ambiental y corporal.
La temperatura corporal baja en adultos y los síntomas del golpe de calor en adultos mayores son desafíos comunes que exigen un enfoque preventivo y una detección temprana. Cambios fisiológicos, enfermedades crónicas y ciertos medicamentos pueden aumentar la vulnerabilidad de los mayores ante climas extremos, tanto fríos como cálidos.
Contar con una adecuada supervisión por parte de Talentos, adaptar los espacios en residencias o hogares, y educar a los mayores sobre la importancia de protegerse ante temperaturas extremas, son estrategias fundamentales para preservar su salud y bienestar. En definitiva, la colaboración y la