Según datos de la Organización Mundial de la Salud, las caídas son la segunda causa mundial de muerte por traumatismos involuntarios. Concretamente, las caídas en personas mayores de 60 años son las que registran mayores tasas de mortalidad.
La edad es uno de los factores que más influye en la gravedad de la caída y en los traumatismos que ésta provoca.
Los adultos mayores son el grupo que corre mayor riesgo de sufrir lesiones graves como consecuencia del golpe; tales como contusiones, fracturas de cadera y traumatismos craneoencefálicos.
Las caídas pueden provocar pérdida de movilidad y, por lo tanto, una disminución de independencia y de autoestima. Concienciar sobre su prevención y crear entornos seguros, tanto en el hogar como en los centros residenciales, es de vital importancia.
Para abordar correctamente las caídas en personas mayores y poder poner el foco en la prevención hay que conocer los principales factores de riesgo.
Factores de riesgo en caídas
Son varios los factores de riesgo que contribuyen al elevado número de caídas en personas mayores:
- Problemas de visión: la disminución de la capacidad de visión propia del envejecimiento puede impedir la detección de obstáculos.
- Problemas de audición: pueden afectar en la detección de señales que advierten de peligros en el entorno.
- Enfermedades crónicas: las enfermedades cardiovasculares, el Parkinson, la diabetes y la osteoporosis, entre otras, llevan asociada una debilidad muscular que puede llegar a afectar al equilibrio y a la movilidad.
- Toma de medicamentos: La ingesta de medicamentos es propia de la edad. Hay que prestar atención a los mayores que toman medicamentos que afectan a la presión arterial o que provoquen somnolencia y mareos, ya que son más propensos a sufrir caídas.
- Caídas previas: Las personas que han sufrido en el pasado algún tipo de caída tienen más riesgo a padecer nuevas.
Prevención de caídas en adulto mayor
La prevención de caídas en adultos mayores es vital para preservar su bienestar. Estas medidas preventivas incluyen tanto el cuidado personal como la adaptación del entorno.
- Actividad física regular: realizar ejercicios que refuercen la marcha, el equilibrio y la fuerza muscular.
- La práctica de taichí o yoga.
- Adecuación del entrono doméstico para que sea seguro: buena iluminación, alfombras bien sujetas, cables de la electricidad escondidos, barandillas en la ducha, entre otros.
- Uso de un calzado adecuado: atado y con suela antideslizante.
- Base de apoyo al andar mediante un bastón o un andador.
- Revisión de la medicación con el doctor en el caso que haya síntomas de mareos o de somnolencia de forma continuada.
- Chequeos regulares de la vista y de la audición.
- Tomar conciencia: informar a las personas mayores acerca de los factores de riesgo de las caídas para que tomen conciencia.
En Colisée, somos conscientes de que la prevención de caídas es primordial para garantizar el bienestar de nuestros residentes. Adoptar medidas de seguridad, promover el ejercicio físico y ofrecer una atención personalizada nos ayuda a reducir riesgos y mejorar la calidad de vida de las personas mayores, cerciorando un entorno seguro y saludable en todos nuestros centros residenciales para mayores.